12 julio 2009

Perfección

Una nueva etapa en el viaje de la protagonista. Esa es la mejor manera de definir perfección, la segunda novela de la trilogía “Traición” (“Uglies” en ingles) del escritor norteamericano Scott Westerfeld. Si en la entrega previa el viaje a Humo se convertía en el despertar de la protagonista, en esta el tránsito es interno puesto que debe recuperar cuanto ha perdido.

La narración retoma los acontecimientos en el punto en que se detuvieron en la primera parte de la saga. La protagonista, Tally Youngblood, se ha dejado capturar y ha sido sometida a una intervención quirúrgica que ha alterado su aspecto físico convirtiéndola en una “perfecta” joven, borrando en el proceso la mayor parte de sus recuerdos previos y anulando su capacidad para la rebeldía y el pensamiento libre.

El autor aprovecha esta circunstancia para presentarnos la sociedad de Ciudad Bella, que ya esbozaba en “Traición”. Se trata de un entorno orientado al disfrute y al hedonismo donde el individuo es negado tanto por la operación como por un entorno en el que se fomenta la pertenencia a grupos de jóvenes cuya mayor aspiración es encontrar la mejor fiesta de la noche.

Para juzgar con justicia esta novela -al igual que sucedía con su predecesora- no podemos perder de vista su intencionalidad. Se trata de un libro orientado al público juvenil, en el que prima la acción sobre otro tipo de elementos, como los morales, aún cuando estos se encuentran presentes como un elemento estructural de la trama.

En este último sentido el hecho de permitir que sean los personajes quienes introduzcan en la historia los elementos de reflexión en lugar de hacerlo un narrador omnisciente es todo un acierto. Determinadas escenas, como durante la fuga de Ciudad Bella en la que Peris –el mejor amigo de la protagonista- debe de optar entre la comodidad de su mundo tecnológico o reclamar la libertad, se nutren de este elemento narrativo para resolverse de un modo dinámico.

En definitiva se trata de una buena novela juvenil, que cualquiera podrá disfrutar debido a su buen ritmo, y que como valor añadido hará reflexionar a los más jóvenes sobre ciertos vicios sociales presentes en nuestra sociedad.